Jueves Santo

El Jueves Santo es uno de los días más importantes en la Semana Santa para y más para nosotros los Católicos, ya que marca el inicio del Triduo Pascual, que es el periodo más Solemne de la Liturgia Cristiana.

Este día Conmemoramos:

LA INSTITUCIÓN DE LA EUCARISTÍA

Este es el principal evento que conmemoramos el Jueves Santo, el cual tuvo lugar durante la última cena que Jesús compartió con sus apóstoles antes de ser arrestado.

En este momento, Jesús instituyó el Sacramento de la Eucaristía (o Comunión) al tomar Pan y Vino, bendecirlos y decir: “Este es mi cuerpo, esta es mi Sangre”.

Este gesto nos hace comprender la entrega de Jesús por la salvación de la humanidad. Desde este momento, los Católicos Creemos que el Pan y el Vino consagrados en la misa se convierten en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, y lo cual así es.

La Última Cena se celebra en el contexto de la Pascua Judía, que conmemora la liberación del pueblo de Israel de la esclavitud en Egipto. Durante esta cena, los judíos recuerdan la noche en que los primogénitos fueron salvados por la sangre del cordero sacrificado. El cordero Pascual era comido como parte de la celebración, y la sangre del cordero se ponía en los postes de las puertas como señal de protección.

Cuando el Sacerdote durante la consagración pronuncia las Palabras que dijo Jesús en la Ultima Cena en la Misa y el Pan y el Vino se convierten en el Cuerpo de Cristo, este acto se llama Transubstanciación lo que significa que, aunque externamente sigamos viendo Pan y Vino, Su Substancia ya ha Cambiado, y ya es el Mismísimo Cuerpo y Sangre de Cristo.

El Vino, es imagen de la sangre de Cristo derramada en la cruz para la salvación de la humanidad. Es la nueva alianza que Jesús establece entre Dios y la humanidad.

En el Antiguo Testamento, la sangre de los sacrificios animales sellaba la alianza entre Dios y su pueblo. Ahora, con la Sangre de Jesús, se sella una nueva alianza eterna, que no requiere más sacrificios de animales, sino el sacrificio único y definitivo de Cristo.

EL LAVATORIO DE LOS PIES

El Jueves Santo también recordamos el lavatorio de los pies, un acto que hizo Jesús con sus discípulos en la última cena. Según el Evangelio de Juan (13,1-17), Jesús, como un acto de humildad y servicio, se arrodilló y lavó los pies a sus apóstoles. Este gesto, que normalmente era realizado por los siervos en la época, es un símbolo de amor, servicio y humildad. En la misa del Jueves Santo, el sacerdote suele realizar este acto lavando los pies a algunos miembros de la comunidad, siguiendo el ejemplo de Cristo.

Este acto tiene un fuerte mensaje: El servicio a los demás es esencial en la vida Cristiana. Jesús, al hacerlo, enseñó que, aunque es el Maestro, su amor se expresa en el servicio y la humildad.

Es un llamado a no creernos mas grande que los demás, que, aunque tengamos una posición, no estamos en esta para ser servidos, sino para servir.

LA INSTITUCIÓN DEL SACERDOCIO

En la misma ocasión de la Última Cena, Jesús instituyó el sacerdocio al ordenar a sus apóstoles que repitieran los mismos actos de consagración del pan y el vino. Este es el fundamento del ministerio sacerdotal en nuestra Iglesia Católica.

El sacerdote, en la Eucaristía, actúa en la persona de Cristo (in persona Christi), de manera que, al consagrar el pan y el vino, está realizando la misma acción que Cristo hizo en la Última Cena. Así, el Jueves Santo también resaltamos la importancia del Sacerdocio en la vida de nuestra Iglesia.

LA ORACIÓN EN EL HUERTO DE GETSEMANÍ

El Jueves Santo concluye con la Oración de Jesús en el Huerto de Getsemaní, donde Él, tras la Cena, se retira a orar, angustiado por lo que está a punto de ocurrir: su arresto y crucifixión. En Getsemaní, Jesús ora pidiendo al Padre que, si es posible, le libre de ese sufrimiento, pero al mismo tiempo se somete a su voluntad. Este momento refleja la obediencia y la entrega total de Jesús a la voluntad de Dios, y es un llamado para nosotros los Cristianos a confiar en Dios incluso en los momentos de angustia.

El Jueves Santo Celebramos, recordamos y Conmemoramos la institución de la Eucaristía, el lavatorio de los pies y reflexionamos sobre el amor y la humildad que Cristo nos enseñó con su vida.

Además, el Jueves Santo nos prepara a los fieles para vivir el momento más intenso de la Pasión y Muerte de Jesús: La Cruz, para luego dar paso a lo más Glorioso: La Resurrección de Cristo en el Domingo de Resurrección.