LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO

El Adviento es un tiempo que tiene un profundo significado espiritual. En este tiempo, la Iglesia nos invita a los cristianos a reflexionar sobre la primera venida de Jesús, a vivir su presencia en el presente y a pensar en su regreso glorioso al final de los tiempos.

El Adviento como Esperanza de la Primera Venida

El Adviento nos recuerda que Jesús, el Mesías prometido, ya vino al mundo. Nació humildemente en Belén, y su venida fue el cumplimiento de las promesas de Dios a la humanidad. Como nos dice el Evangelio de Lucas (1:26-38), el ángel Gabriel anunció a María que ella concebiría al Salvador, quien sería "grande" y "sería llamado Hijo del Altísimo". Este evento histórico nos da esperanza, pues la venida de Cristo marca el comienzo de un nuevo pacto lleno de amor, perdón y salvación.

El Adviento como Anticipación de la Segunda Venida

Pero el Adviento también tiene una dimensión escatológica. No solo celebramos el recuerdo de la venida de Cristo en la Navidad, sino que anticipamos su regreso en gloria, como se profetiza en el libro de Apocalipsis (1:7). "He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá", nos dice la Escritura.

Esta venida será un evento final y trascendental, que marcará el fin de los tiempos y dará lugar a un "nuevo cielo y una nueva tierra". Esta esperanza nos anima a vivir con fe y expectación, pues el regreso de Cristo traerá consigo la justicia y la paz que todos deseamos.

Comprender la Dimensión Escatológica del Adviento

El Adviento, entonces, no es solo un tiempo de preparación para la Navidad, sino también un tiempo escatológico. En otras palabras, el Adviento nos invita a mirar más allá del presente y a comprender que nuestra vida cristiana no termina con la celebración de la Navidad, sino que tiene un horizonte eterno.

Nos llama a reflexionar sobre el final de los tiempos y el regreso glorioso de Cristo. Al vivir este tiempo de espera, debemos tener presente que nuestras vidas tienen un propósito que va más allá de lo temporal y que nuestra esperanza debe estar puesta en la eternidad que Cristo nos promete.

Vivir el Adviento con esta perspectiva escatológica implica que, aunque estamos en el presente, nuestra vida debe estar orientada hacia la eternidad. Al igual que los primeros cristianos, que vivían esperando el regreso de Cristo, nosotros también debemos vivir en el ahora, pero con la mirada fija en el futuro eterno. Este tiempo de espera y preparación nos invita a vivir con esperanza activa, sin olvidar que la llegada del Reino de Dios está más cerca de lo que pensamos.

El Adviento: Un Tiempo de Preparación Espiritual

Además de reflexionar  en el regreso de Cristo, el Adviento es un tiempo de penitencia y renovación espiritual. Es un momento para preparar nuestros corazones, arrepentirnos de nuestras faltas y acercarnos a Dios en oración y servicio. Al hacerlo, nos preparamos para recibir a Cristo en nuestra vida, no solo durante la Navidad, sino en todo momento. 

El Adviento nos recuerda que, como cristianos, nuestra vida está orientada hacia la eternidad, y debemos vivir siempre en vela, esperando la Segunda Venida de Cristo.

Fuente:

Teologismo.com: Adviento