EL DIEZMO EN LA IGLESIA CATOLICA

¿Qué es el diezmo?

El diezmo es la décima parte de todos los frutos que hemos adquirido y que debemos entregar a Dios. Este diezmo se ofrece a nuestro Señor, pero se entrega a sus ministros. Ahora, esta es la definición, pero en la práctica, ¿Deberíamos seguir haciéndolo?

El diezmo es una práctica de la antigüedad, tanto entre los babilonios, persas, griegos y romanos, como entre los hebreos. También es ley en la actualidad entre los musulmanes, judíos y muchos grupos cristianos.

¿Qué se nos enseña sobre el diezmo en el Antiguo Testamento?

Según la Ley Moisés, el diezmo es obligatorio: "El diezmo entero de la tierra, tanto de las semillas de la tierra como de los frutos de los árboles, es de Yahveh; es cosa sagrada de Yahveh." Levítico 27:30

Este se debía entregar a los levitas ya que los miembros de esta tribu no heredaron las tierras como las otras tribus de Israel.

En vez de ello, recibían de las otras tribus, por ser representantes del Señor, la decima parte de lo que las tierras producía, incluso la decima parte del ganado. Ellos a su vez debían ofrecer al sacerdote una décima parte de todo lo recibido.

En el Antiguo Testamento, el diezmo tiene una importante orientación hacia la caridad con los pobres.

Por ejemplo, en el libro de Deuteronomio, capítulo 26, versículo 12, se nos dice:

"El tercer año, el año del diezmo, cuando hayas acabado de apartar el diezmo de toda tu cosecha y se lo hayas dado al levita, al forastero, a la viuda y al huérfano, para que coman de ello en tus ciudades, hasta saciarse".

Es decir, que el objetivo de diezmar en el antiguo testamento, era para ayudar a los levitas, a los forasteros, viudas, huérfanos y demás necesitados.

¿Qué se nos enseña sobre el diezmo en el Nuevo Testamento?

Sin embargo, en el Nuevo Testamento, Jesús no rechaza el diezmo, pero enseña una referencia nueva: ya no a dar el 10%, sino a entregarlo todo por amor, sin importar el costo.

En ninguna de las cuatro veces que el diezmo aparece en el Nuevo Testamento se nos enseña que debemos guiarnos  con la medida del 10%. (Mateo 23: 23 ; Lucas 11: 42 ; Lucas 18: 12 ; Hebreos 7: 2-9)

Recordemos, por ejemplo, esta pequeña cita bíblica: 

"Llegó una viuda pobre y echó unas moneditas de muy poco valor. Jesús llamo a los discípulos y les dijo: 'Les aseguro que esa pobre viuda ha dado más que todos los otros. Porque todos han dado de lo que les sobra; pero esta, en su indigencia, ha dado cuanto tenia para vivir'". Marcos 12: 42-44

No siempre podemos dar el 10%. A veces será mucho menos y a veces será mucho más, de acuerdo a lo que las posibilidades nos permitan y a cómo nos ilumine nuestra conciencia y el Espíritu Santo.

En la actualidad, la iglesia mantiene la enseñanza Paulina sobre la obligación de los fieles de contribuir generosamente con las necesidades de la iglesia según sus posibilidades. Pero la manera en la que se hace no está definida por la ley.

Algunos en la iglesia recomiendan el diezmo como una forma de establecer una contribución proporcional a las ganancias. Pero debe entenderse según el espíritu evangélico de una entrega de corazón por amor.

Personas con recursos podrían dar mucho más, mientras que para un pobre, dar el 10% podría significar negarle a sus hijos el alimento.

Debe entonces quedar claro que la iglesia nos enseña que el cristiano debe dar a la medida de Cristo y por amor a él, según las necesidades de la iglesia y según sus propias posibilidades.

Dar es una obligación y también un privilegio, un gozo, porque es parte integral de nuestra vocación de hacer todo para propagar el reino de Dios.